El final de la serie Cobra Kai ofreció una conclusión satisfactoria, resolviendo rivalidades de larga data y preparando el escenario para posibles historias futuras. Si bien la pelea final mostró impresionantes habilidades de artes marciales y peso emocional, la verdadera victoria radica en las inesperadas alianzas y un crecimiento del personaje presenciado durante todo el episodio. El programa ató magistralmente cabos sueltos, ofreciendo el cierre a las relaciones clave mientras dejaba espacio para la interpretación y una mayor exploración de los viajes de los personajes. El final, aunque agridulce para algunos, se sintió ganado y resonado con los temas generales de redención y perdón del programa. En última instancia, el final proporcionó un final apropiado para una serie querida, dejando a los fanáticos con una sensación de satisfacción y preguntas persistentes sobre el futuro del dojo y sus estudiantes.