En un impresionante giro legal de los eventos, Nintendo ha sido derrotada en una disputa de marca registrada contra un modesto supermercado en Costa Rica sobre el uso del nombre "Super Mario". La tienda, llamada "Súper Mario", defendió con éxito su marca registrada en la corte, afirmando que el nombre era una simple combinación de su tipo de negocio, un supermercado, y el primer nombre de su gerente, Mario.
La batalla legal comenzó cuando Charito, hijo del dueño del supermercado, registró la marca registrada "Super Mario" en 2013 poco después de su graduación universitaria. La renovación de la marca registrada en 2024 llevó a Nintendo a desafiarlo, alegando infracción en su marca Super Mario de renombre mundial, que está estrechamente vinculada a su icónico personaje de videojuegos.
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Sin embargo, el equipo legal del supermercado, encabezado por el asesor y contador José Edgardo Jiménez Blanco, argumentó efectivamente que el nombre "Súper Mario" no era un intento de capitalizar la propiedad intelectual de Nintendo. Demostraron convincentemente que el nombre era una referencia directa a la naturaleza de la tienda como supermercado y el nombre del gerente, Mario.
"Estoy increíblemente agradecido con mi contador y asesor legal, José Edgardo Jiménez Blanco, quien administró expertamente el registro y la posterior batalla de marca registrada", comentó Charito, expresando su alivio y gratitud. "Estábamos a punto de rendirnos. ¿Cómo podríamos hacer frente a un gigante corporativo tan formidable? Pero Edgardo y yo nos negamos a retroceder, y hace unos días, recibimos algunas noticias fantásticas. 'Súper Mario' está aquí para quedarse".
En numerosos países, Nintendo tiene derechos exclusivos de la marca registrada de Super Mario en varios productos, incluidos videojuegos, ropa y juguetes. Sin embargo, la compañía no anticipó un escenario en el que una empresa local usaría independientemente el nombre por razones legítimas.
Este caso subraya las complejidades de las disputas de marca registrada, particularmente cuando las marcas globales como Nintendo se enfrentan a las pequeñas empresas con reclamos legítimos a un nombre. También sirve como un potente recordatorio de que incluso los actores de la industria más dominantes pueden enfrentar obstáculos legales para salvaguardar su propiedad intelectual.